¿Qué es el protocolo OCPP 1.6? – Definición.

El Open Charge Point Protocol (OCPP) es un estándar de comunicación entre los puntos de recarga de vehículos eléctricos (CP) y los sistemas de gestión de puntos de recarga (CPMS).

Gracias a este protocolo, los puntos de carga pueden intercambiar información y recibir órdenes, lo que facilita su gestión y funcionamiento.

Así, cuando un coche se conecta a un punto de carga, éste informa al sistema central de que se ha iniciado la sesión de carga, al tiempo que transmite información útil como la identidad del usuario y el estado del punto de carga.

A lo largo de la sesión de carga, el terminal sigue transmitiendo datos sobre el progreso de la sesión, como la cantidad de energía suministrada, y puede recibir instrucciones, por ejemplo para modificar determinados ajustes, como realizar una actualización.

Como resultado, el protocolo OCPP ofrece funcionalidades esenciales como la gestión de sesiones de carga, el control remoto de equipos, la recogida de datos de diagnóstico y la autenticación de usuarios, garantizando una supervisión eficaz y adaptable de las infraestructuras de carga.

¿Cómo funciona una secuencia de recarga con este protocolo?

Cuando se recarga un vehículo eléctrico utilizando el protocolo OCPP 1.6, todo se desarrolla en una secuencia fluida, diseñada para facilitar la experiencia del conductor y optimizar la gestión de los puntos de recarga.

Todo comienza (idealmente) con una reserva : el conductor puede reservar un espacio equipado con un punto de recarga a través de una aplicación móvil (como la app Sharvy, por ejemplo) antes de llegar, lo que garantiza que habrá una estación disponible a su llegada.

Una vez reservado, el punto de recarga queda « bloqueado » para uso exclusivo del conductor (sólo el día de la reserva), hasta su llegada.

A su llegada, el conductor debe identificarse y ser autorizado a utilizar el terminal. Esto puede hacerse de varias maneras, por ejemplo mediante una tarjeta RFID, una aplicación específica como Sharvy, un código QR, una tarjeta de identificación, etc.

Una vez validada la identificación, puede comenzar la sesión de recarga. Durante la sesión, se pueden enviar notificaciones al conductor para mantenerle informado. Puede recibir un mensaje cuando comienza la recarga, cuando se alcanza un determinado umbral de carga (por ejemplo, el 80%) o cuando finaliza la sesión. Estas alertas hacen que el proceso sea más cómodo y permiten a los conductores gestionar su tiempo de forma eficiente.

Una vez finalizada la recarga, el conductor desenchufa el vehículo y vuelve a colocar con cuidado el conector en el terminal, asegurándose de que el sistema está listo para el siguiente usuario.

Por último, gracias al protocolo OCPP 1.6, también es posible fijar límites personalizados para la sesión, tanto en términos de coste (por ejemplo, un máximo de 30 euros), como de duración (una hora de carga) y de cantidad de energía suministrada (un número determinado de kilovatios-hora).

Por último, la facturación puede gestionarse en segundo plano gracias al sistema centralizado. El punto de recarga transmite los datos de consumo al operador de la red de recarga, que a su vez transfiere esta información al proveedor de servicios. A continuación, el operador de servicios aplica sus tarifas y factura en consecuencia al conductor, garantizando un seguimiento transparente y preciso de todo el proceso.

¿Cuáles son las ventajas y limitaciones del protocolo OCPP 1.6?

Para una empresa, este protocolo ofrece varias ventajas.

En primer lugar, su interoperabilidad permite instalar puntos de recarga de distintas marcas y reducir la dependencia de un único proveedor, lo que constituye una ventaja estratégica.

También permite gestionar a distancia los puntos de recarga compartidos, lo que posibilita la supervisión en tiempo real, la actualización del software y la optimización del mantenimiento, reduciendo así los costes de explotación.

Al mismo tiempo, el protocolo OCPP 1.6 ofrece funcionalidades avanzadas como la gestión de la carga, la priorización de las sesiones de carga y la integración de herramientas de identificación de usuarios, todo ello en una arquitectura adaptable a la evolución tecnológica.

Sin embargo, este protocolo no está exento de limitaciones. Puede ser complejo de implantar y requiere conocimientos técnicos, lo que puede acarrear elevados costes iniciales si la empresa tiene que recurrir a integradores.

Además, aunque OCPP 1.6 es un estándar abierto, las interpretaciones pueden variar entre fabricantes, lo que puede provocar problemas de compatibilidad.

Comparado con versiones más recientes, como OCPP 2.0, sigue siendo limitado en términos de ciberseguridad y gestión de transacciones de grano fino, lo que puede no satisfacer las necesidades de empresas con altos requisitos en estas áreas.