¿Qué es la cámara LPR para un aparcamiento? – Definición.

La cámara LPR (Lectura Automática de Matrículas), ofrece una solución moderna y eficaz para gestionar el acceso automatizando el reconocimiento de vehículos. Instalado en las entradas y salidas, utiliza cámaras inteligentes capaces de analizar en directo las matrículas de los coches que circulan por una zona determinada.

Con esta tecnología, el control de acceso al aparcamiento se vuelve sencillo y fluido : ya no hacen falta tarjetas de identificación ni tickets. En cuanto un vehículo se acerca a la barrera, ésta se abre automáticamente si previamente se ha registrado la autorización de acceso.

Funciona mediante un sistema de reconocimiento óptico de caracteres (OCR), que descifra la información de las matrículas antes de compararla con una base de datos. En un instante, el sistema valida o deniega el acceso, haciendo que el proceso sea rápido, fiable y sin estrés.

Las ventajas de un cámara LPR para aparcamientos.

En primer lugar, la cámara LPR automatiza totalmente el control de las entradas y salidas de los aparcamientos, eliminando la necesidad de tarjetas identificativas y tickets. Esta solución elimina los inconvenientes de los distintivos perdidos u olvidados, y garantiza la identificación instantánea de los vehículos autorizados. Al hacer más fluido el acceso, sobre todo en horas punta, también reduce las colas y mejora la experiencia del usuario, al tiempo que descongestiona los alrededores.

Al mismo tiempo, gracias a su rápido reconocimiento de matrículas, el sistema detecta inmediatamente los vehículos no autorizados, limitando así las intrusiones. También guarda un historial detallado de los pasos de los vehículos, lo que proporciona una trazabilidad completa de los movimientos en el aparcamiento. Esta función refuerza la seguridad global y permite una mejor gestión de los incidentes y un mejor análisis de la utilización.

Por último, al automatizar el control de acceso, el sistema reduce significativamente la necesidad de que el personal vigile las entradas y salidas. Esto reduce los costes operativos y permite a los equipos concentrarse en tareas más estratégicas. Además, esta automatización limita los errores humanos, lo que garantiza una gestión más fiable y eficaz del aparcamiento.

Las desventajas de la cámara para aparcamientos.

No cabe duda : montar la cámara LPR por un aparcamiento requiere una inversión considerable, que incluye la compra de equipos, la instalación de cámaras y la gestión de la base de datos. Este coste puede ser un obstáculo para algunas empresas, sobre todo las más pequeñas.

Al mismo tiempo, el buen funcionamiento del sistema depende totalmente de sus componentes técnicos. Una avería, como un fallo del software, puede provocar bloqueos, errores en la identificación de vehículos y accesos no autorizados, lo que puede perturbar la experiencia del usuario.

Por último, aunque la cámara LPR es un sistema de alto rendimiento, puede encontrar problemas con placas dañadas, sucias o mal colocadas. Estos casos son bastante raros, pero requieren la intervención humana, lo que provoca retrasos y complicaciones para los usuarios afectados.

Alternativas al cámara LPR para gestionar el acceso a los aparcamientos.

Aunque la cámara LPR es una solución potente para automatizar y asegurar la gestión de los accesos a los aparcamientos, otras tecnologías pueden responder a necesidades diferentes, en función de las limitaciones y los objetivos de cada centro.

Por ejemplo, los sistemas RFID (identificación por radiofrecuencia) se utilizan a menudo en los aparcamientos de las empresas. Se basan en tarjetas que los usuarios presentan a un lector. Es una opción sencilla y fiable, pero puede ser restrictiva en caso de pérdida u olvido.

Además, la gestión de estos accesos es una tarea larga y tediosa para las empresas. No sólo hay que recoger la solicitud de acceso al aparcamiento, crear un distintivo y/o tarjeta RFID, asignarle un usuario, configurar los parámetros en el software de gestión de RRHH y enviárselo al empleado. A más largo plazo, hay que ocuparse de las pérdidas, asegurarse de que la barrera del aparcamiento se abre en caso de olvido de la tarjeta, acordarse de recuperar la tarjeta al final del contrato del empleado y hacerla anónima, etc.

Todos estos factores hacen que esta tarea sea engorrosa y con poco valor añadido en comparación con la cámara LPR.

Al mismo tiempo, las aplicaciones móviles también pueden ofrecer formas interesantes de gestionar el acceso a los aparcamientos. Permiten desmaterializar completamente los controles mediante autorizaciones digitales.

Por ejemplo, con una aplicación dedicada a la gestión de aparcamientos (como Sharvy), los smartphones de los empleados pueden convertirse en auténticos mandos a distancia, capaces de abrir el portón y/o la barrera de seguridad a petición. Todo ello mediante un módulo IoT. Para mayor seguridad, la apertura de las barreras puede restringirse en función de las direcciones IP de los usuarios.

En resumen, estas soluciones son ideales para entornos modernos y dinámicos, pero requieren una infraestructura de red fiable y una adopción generalizada por parte de los usuarios.